Tippi: La niña de la selva, la Mowgli real

Tippi Benjamine Okanti Degri conocida también como como la Mowgli real, es una chica francesa que nació en Namibia en 1990 y vivió durante 10 años en la selva africana junto a sus padres, Sylvie Robert y Alain Degre, fotógrafos de la vida salvaje.

Durante los años que estuvo en África, Tippi se hizo amiga de muchos animales, como Abu, un elefante al que consideraba su hermano mayor y con el que le gustaba compartir la mayor parte de su tiempo. Pero la pequeña Mowgli también tenía otros amigos salvajes, de hecho, ella misma asegura que su mejor amigo era un leopardo.

"Estaba muy en paz con los animales. Les hablaba con sus ojos y su corazón. No se daba cuenta de que no era del mismo tamaño que Abu el elefante, ella le hablaba igual que si conversara conmigo. La llamaban la pequeña niña que podía hablar con los animales". dice Sylvie.

Tippi nació en Namibia pero viajó durante mucho tiempo entre Botswana, Zimbabue y Sudáfrica. El tiempo que vivió con las tribus del desierto del Kalahari le pareció fascinante. Aprendió su lengua, le enseñaron a cazar, a fabricar flechas y arcos y a abrir su mente a otro tipo de vida.

Su madre también comenta: "Tuvo una infancia extraordinaria en África, pero cuando tuvo que trasladarse a París para estudiar, todo cambió. Creo que sintió como si África le hubiera sido arrebatada injustamente, y eso le causó mucho dolor y una profunda tristeza. Nunca se quejó ni habló de ello. Fue sólo como si algo en su interior se hubiera derrumbado".

"Cuando me fui a vivir a Francia, traté de hablar con los gorriones, los perros, las palomas, los gatos, las vacas y los caballos. Pero no pude. No sé por qué. Creo que es porque mi verdadero país es África, y no Francia" dice Tippi, quien actualmente está estudiando cine en una universidad de París.

La verdadera niña de la selva ha dado a conocer la historia de su infancia a través de un libro titulado 'Tippi: Mi libro de África'. Además planea la creación de un documental sobre esos 10 años mágicos.

Que fascinante infancia, no crees?.